Cada día un viejo ratón
se marchaba al río de pesca,
siempre traía comida a la mesa
y, por fin, se compró un nuevo camión.
A partir de entonces cantaba una canción
que aprendió yendo a la iglesia,
hasta que se rompió la cadera
desde ahora tiene que ir con un bastón.
Un día paseando por la orilla,
vio una luz y le pareció estar en el cielo,
eso sí que era una gran maravilla...
Y le entró una gran alegría
se sacó su cubo con hielo
y le pareció estar en la dulce lejanía.
Álvaro Leizegui
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3 comentarios:
Bien Alvaro,Bien
está chulo!
Muy bien, es muy gracioso.
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