Erase una alegre mariposa
que volaba, volaba y volaba,
y se encontró con su esposa,
escuchó y vio cómo suspiraba.
Era tan brillante como una rosa,
descubrió que un gusano la miraba
envidiando a la mariposa
por sus alas coloreadas.
Pasaron dos semanas cuando a ella,
el gusano entendió que un día,
también lograría sorprenderla.
Al fin la mariposa perpleja,
buscó y buscó... no lo entendía,
al ver al gusano con tanta belleza.
Paula Sanz. 3E
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