HERIDOS POR LAS LETRAS

De una manera u otra, todos los que vamos a participar en esta pequeña aventura estamos heridos por las letras, así que nos gustaría conseguir de este espacio de participación, que fuera un lugar en el que además de escribir sobre lo que os vayamos proponiendo, publiquéis vuestros propios textos, nos hagáis muchas sugerencias y comentarios. Casualmente, he encontrado esta entrevista a Jorge Riechmann que nos habla sobre cómo se inició su vocación de escritor. Aquí os mostramos un fragmento:

* El primer libro
- ¿Cómo se despertó tu vocación por la literatura y por el oficio de escribir? ¿Y cómo la intuición de que aquellos primeros poemas podrían verse alguna vez publicados?

Leyendo, a partir de la lectura quise ser escritor -como suele ocurrir. La sacudida vital y emocional que producían con trece o catorce años Cien años de soledad, o el Libro de poemas de Federico García Lorca, movían a emborronar cuartillas. Para un lector precoz y bastante voraz, que ya había pasado la época de los cuentos para niños, había libros suficientes en la biblioteca de mi padre José Luis (con libros también procedentes de un tío muerto muy joven, que se llamaba Jorge como yo), de mi tío Francisco Román y de su hijo, mi primo Paco.

Luego, en esos mismos años, gané mi autonomía literaria con sendos premios a dos cuentos en concursos escolares -uno de ellos concedido por la multinacional Coca-Cola, otro por el INLE, el Instituto del Libro Español: "un libro ayuda a triunfar" era la animosa consigna de la institución, que los lectores y lectoras de más edad seguramente recordarán-. Pues uno de los premios era una máquina de escribir, y el otro, el del INLE, diez mil pesetas para comprar libros (...)

si te interesa, .sigue leyendo.

¿Qué entendéis por una sacudida vital?
A mí me sucedió, lo recuerdo muy bien, con la lectura de El principito de Antoine Saint Exupéry; más tarde con Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. Y si hablamos de poesía, recuerdo las Rimas de Bécquer, toda la poesía de Antonio Machado y más tarde, la de Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas o el impactante libro de Federico García Lorca, Poeta en Nueva York .

Algunas lecturas se convierten en vitales cuando nos descubren, o nos hablan sobre los caminos de la vida, mostrándola a veces tortuosa, a veces feliz...

Todavía aquellas palabras, cuando las releo hoy, siguen evocándome esos primeros años de lectura. Y también curiosamente descubro que siguen diciéndome nuevas cosas.

¿Habéis sentido algo parecido con alguno de vuestros libros preferidos?

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